Las cooperativas de vivienda pueden emerger como solución prometedora al problema del acceso a la vivienda, especialmente para las personas jóvenes que se encuentran en una situación económica más vulnerable. Según un informe del Banco de España, se ha revelado una preocupante disminución de la capacidad de acumulación de riqueza entre los jóvenes, junto a una reducción en su capacidad de ahorro y una creciente vulnerabilidad económica.
La riqueza acumulada de los hogares con cabezas de familia menores de 35 años ha disminuido significativamente desde la crisis financiera, según el informe, con una media que se estima en unos 20.000 euros en 2022, frente a los 100.000 euros en 2008. Esta tendencia se ha visto agravada por el impacto de la pandemia, con una caída del 26% en la riqueza de los jóvenes entre 2020 y 2022.
Mientras que los mayores de 55 años han experimentado un ligero aumento en su riqueza durante ese mismo período, la mayoría de los jóvenes españoles siguen viviendo con sus padres debido a las dificultades para acceder a la vivienda. Esto se ve reflejado en la reducción de la tasa de propiedad entre los hogares jóvenes, que ha caído drásticamente desde 2011.
Las cooperativas de vivienda pueden proporcionar una alternativa viable para los jóvenes que luchan por comprar o alquilar una casa en solitario, ya que ofrecen la posibilidad de compartir costes y recursos. Esto puede ayudar a mitigar los efectos de la disminución de la riqueza y facilitar el acceso a la vivienda en un momento en que la propiedad individual es cada vez más inaccesible para muchos jóvenes.
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